¿Qué es el catfishing?

En ciberseguridad, el significado de catfishing se refiere a la fabricación de una identidad falsa online por parte de un ciberdelincuente con fines de engaño, fraude o explotación. El catfishing, se utiliza más comúnmente para estafas “románticas” en aplicaciones de citas, sitios web y plataformas de medios sociales.

Antes de convertirse en un problema común en el mundo de la ciberseguridad, el término catfishing se definía como la práctica de utilizar bagres para mantener activo el bacalao durante el transporte (en inglés, “catfish” significa literalmente “bagre”). Esta primera definición se describió en la película de 2010 Catfish, que fue en gran parte responsable de acuñar el significado de catfishing tal y como lo conocemos hoy en día: una forma de actividad engañosa que implica a una persona que crea una presencia online falsa con fines nefastos.

El catfishing es un fenómeno relativamente nuevo en ciberseguridad que no se convirtió en una preocupación seria hasta principios de la década de 2010. El término, que tiene su origen en el documental de 2010 Catfish, fue popularizado por la serie de televisión también llamada Catfish, que se emitió por primera vez en MTV en 2012. Con más de doscientos episodios y una década de emisión, la serie de telerrealidad popularizó el término catfishing.

No fue hasta finales de la década de 2010 cuando el catfishing se convirtió en un ciberdelito grave que provocó importantes pérdidas económicas. Los datos del FBI y de la Comisión Federal de Comercio (FTC) recogidos por AllAboutCookies.org ponen de relieve las alarmantes tendencias del catfishing. De 2019 a 2022, el número medio de informes trimestrales sobre estafas de catfishing aumentó en más de un 174%. En la actualidad, los informes estiman que hay aproximadamente cuatro veces más informes que a principios de 2019 (fuente).

El catfishing es el acto de fabricar una identidad falsa online para engañar a alguien y entablar una relación falsa, a menudo con la intención de trolear o estafar a la víctima convenciéndola de que envíe dinero. El catfishing puede tener lugar en cualquier plataforma online en la que las personas interactúen entre sí, pero algunas de las más comunes incluyen sitios web de medios sociales, aplicaciones de citas, comunidades de juegos online y foros de intereses especiales.

Los catfishers suelen elegir plataformas con muchas víctimas potenciales como objetivo, donde pueden crear fácilmente perfiles falsos. Crean una identidad falsa convincente a través de diversos medios, incluidas fotos robadas y nombres, ubicaciones u ocupaciones falsas. Los catfishers también pueden utilizar herramientas y aplicaciones online para alterar su apariencia y su voz, lo que hace más difícil que las víctimas detecten su engaño.

Ya sea a través del correo electrónico o de mensajes directos en plataformas de medios sociales, este tipo de impostores utilizan diversas estrategias para atraer a sus víctimas, como la adulación, la manipulación emocional y el juego con las vulnerabilidades de la víctima. Suelen establecer una falsa intimidad y confianza y luego piden gradualmente información personal, dinero u otros favores. Algunos catfishers también utilizan el chantaje o las amenazas para controlar a sus víctimas y evitar que denuncien la estafa a las autoridades.

El catfishing puede utilizarse para engañar y manipular a la gente con distintos fines, entre ellos el beneficio económico, la explotación sexual y el terrorismo. Más que una estafa entre iguales que se dirige a las víctimas a nivel personal, el catfishing también han afectado a empresas y organizaciones. Algunos ejemplos notables son:

El impostor militar

En 2018, un hombre llamado John Edward Taylor fue condenado a 14 años de prisión por hacer catfishing a docenas de mujeres en sitios de citas mientras fingía ser un Navy SEAL retirado o un agente de la CIA. Taylor utilizó su identidad falsa para impresionar a sus víctimas, ganándose su confianza y finalmente estafándolas para que le dieran miles de dólares de su propio dinero. Más tarde fue capturado y condenado por múltiples cargos de fraude y usurpación de identidad.

El caso Manti Te'o

Manti Te'o fue un notable jugador de fútbol americano universitario que saltó a los titulares en 2012 cuando se reveló que había sido víctima de catfishing por parte de una mujer ficticia llamada Lennay Kekua. A Te'o le hicieron creer que Kekua era su novia, un personaje falso creado por un hombre llamado Ronaiah Tuiasosopo. Tuiasosopo había utilizado un perfil falso en las redes sociales para entablar una relación con Te'o e incluso llegó a fingir la muerte de Kekua para ganarse la simpatía de Te'o. La historia se contó más tarde en un documental de Netflix titulado “La novia que nunca existió”.

La reclutadora del ISIS

En 2015, un hombre de Virginia llamado Mohamad Jamal Khweis fue detenido por intentar unirse al ISIS en Siria. Khweis había sido reclutado online por “Umm Isa al-Amrikiya”, que él creía que era una joven interesada en el islam. En realidad, “Umm Isa” era una catfisher que trabajaba en nombre del ISIS para atraer a reclutas occidentales. Khweis fue condenado a 20 años por unirse al ISIS y aceptar ser un terrorista suicida del grupo terrorista.

Estos ejemplos ilustran la diversa gama de motivaciones y métodos que utilizan los catfishers para explotar a sus víctimas, así como la compleja naturaleza de las estafas de catfishing.

El catfishing puede devastar a las víctimas, incluidas sus familias y las personas de su entorno. Algunos de los peligros y efectos más comunes del catfishing incluyen:

• Pérdidas económicas: Los catfishers suelen engañar a sus víctimas para que les den dinero, haciéndose pasar por alguien necesitado y explotando la compasión de sus víctimas. En 2021, más de 24.000 víctimas en todo EE.UU. perdieron, en conjunto, aproximadamente 1.000 millones de dólares por este tipo de estafas “románticas”, según el Centro de denuncias de delitos en internet del FBI.
• Daños a la reputación: Si la víctima ha compartido información privada o embarazosa, el estafador puede chantajearla, dañando su reputación. Las celebridades, los atletas y otras personas de alto perfil pueden sufrir daños importantes en su reputación por haber sido víctimas del catfishing.
• Robo de identidad: El catfishing también puede conducir al robo de identidad de diversas maneras. El catfisher puede utilizar la información personal de la víctima para crear una nueva identidad o cometer un fraude. Asimismo, los personajes inventados que crean estos impostores también pueden plantear problemas al comprometer la verdadera identidad de una persona.
• Angustia emocional: Aunque los casos de catfishing abarcan todos los grupos de edad, generalmente son las poblaciones de más edad y más vulnerables las más afectadas. El catfishing puede causar una grave angustia emocional a las víctimas, ya que a menudo pueden sentirse traicionadas, heridas, humilladas o incluso experimentar ansiedad y depresión tras haber sufrido catfishing.

Una de las principales razones por las que la gente practica el catfishing es para obtener beneficios personales, normalmente en forma de incentivos económicos. Por ejemplo, pueden engañar a sus víctimas para que les den dinero o regalos, haciéndose pasar por una pareja romántica que necesita ayuda. Alternativamente, pueden buscar beneficios emocionales, como atención y validación, creando una falsa personalidad que sea más deseable que su identidad en la vida real. Esto puede incluir presentarse como más atractivos, exitosos o populares de lo que realmente son. Al hacerlo, pueden sentirse recompensados al ganar más seguidores online, amigos o parejas románticas.

Otra razón por la que la gente practica el catfishing se debe a sentimientos de inseguridad o falta de confianza en su identidad en la vida real. Fabricando una nueva personalidad, pueden escapar de sus inseguridades y vivir una versión de sí mismos que les parece más deseable. Este tipo de estafadores también puede estar motivado por una sensación de anonimato y libertad al interactuar con otros online, lo que les permite expresarse de formas que de otro modo se sentirían incómodos haciendo en la vida real. Estos motivos pueden resultar especialmente tentadores para quienes luchan contra la ansiedad social o la baja autoestima.

Algunos individuos pueden utilizar las estafas de catfishing como una forma de venganza. Por ejemplo, pueden dirigirse a alguien que les haya hecho daño en el pasado, utilizando su identidad falsa para manipularle y hacerle perder dinero o perjudicarle emocionalmente. De este modo, el catfishing puede convertirse en una herramienta para buscar venganza y ejercer poder sobre los demás.

• Solicitar dinero al principio de una relación, a menudo disfrazado de fondos necesarios para visitar a la víctima.
• Evitar cualquier tipo de contacto cara a cara, como los videochats.
• Utilizar imágenes de perfil falsas que son sospechosamente bellas o, en algunos casos, borrosas o poco claras.
• Hablar con un lenguaje y una gramática pobres o enviando mensajes a horas intempestivas.

• Pedir que saquen la conversación de la aplicación de citas o del sitio de redes sociales para comunicarse directamente.
• Hacerse pasar por otra persona en las redes sociales para atraer a rivales de la banda o engañar a las víctimas para que se unan a grupos.
• Rehusar las llamadas o reuniones previstas con diversas excusas.
• Aparentar que la persona es demasiado perfecta o que la situación es demasiado buena para ser verdad.

Evitar el catfishing requiere una combinación de precaución y concienciación. He aquí algunas estrategias para protegerse mejor de ser víctima de las estafas de catfishing.

• Investigue a la persona: Antes de entablar cualquier tipo de relación online, tómese el tiempo necesario para investigar los antecedentes de la persona. Esto incluye verificar la identidad de la persona, comprobar su presencia online en las redes sociales o buscar cualquier indicio de actividad sospechosa o incoherencias en su historia. Buscar el nombre de la persona en Google a menudo puede revelar mucha información que le ayudará a determinar si es legítima o si realmente es quien dice ser.
• Reúnase en persona: Siempre que sea posible, haga un esfuerzo por concertar una reunión cara a cara con la persona en un lugar público. Esto puede ayudarle a confirmar la identidad de la persona y a generar confianza antes de agotar tiempo y energía en cualquier diálogo online. Si el individuo no está dispuesto a reunirse en persona, esto debería ser una gran señal de alarma y motivo de preocupación.
• Evite compartir información personal: Nunca comparta información personal o datos delicados online, como la dirección de su casa, los nombres de sus seres queridos, su número de la seguridad social o información financiera. Tenga siempre en cuenta con quién comparte sus datos de contacto y absténgase de cualquier transacción financiera hasta que haya establecido firmemente una relación sólida y confíe plenamente en la identidad de la otra persona.
• Confíe en sus instintos: Si una persona que ha conocido en Internet parece demasiado buena para ser verdad, probablemente lo sea. Las fotos de perfil que parecen de una supermodelo, los cumplidos manifiestos y una voluntad sospechosa de llegar a conocerle son signos reveladores de un siluro. No ignore sus instintos; desconfíe de cualquiera que parezca excesivamente interesado, ansioso o insistente. Si siente incomodidad o inseguridad respecto a alguien, es mejor pecar de precavido y poner fin a toda comunicación.
• Tenga cuidado en las redes sociales: Los sitios web de redes sociales como Facebook, Twitter y TikTok son caldo de cultivo para las estafas de catfishing, por lo que es importante ser precavido cuando se relacione con personas desconocidas online. Evite aceptar solicitudes de amistad de extraños o entablar conversaciones privadas con personas que no conoce. Compruebe su configuración de privacidad y asegúrese de que su información no está al alcance de cualquiera y de todo el mundo. Compruebe su configuración de privacidad y asegúrese de que su información no está al alcance de cualquiera y de todo el mundo.

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